Si bien a priori parece ser algo más común en niños, que aún llevan dientes de leche, también es normal que pase en adultos. Son emergencias que recibimos regularmente en la clínica. Un diente puede romperse por una caída, un accidente o simplemente por morder algo demasiado duro. Dada su posición en la parte frontal de la boca, los dientes que más posibilidades tienen de romperse son los incisivos centrales superiores. Y esto altera, no sólo la masticación, sino como también la estética de la boca.
Lo primordial es mantener la calma. Puede sangrar y llegar a doler, lo escandalosa de la situación puede generar pánico pero esto es totalmente normal. Actuar tranquilo y con rapidez es elemental. Si tienes posibilidad, enjuágate la boca con calma. Si la rotura es parcial limpia el diente y desinflama la zona con algo frío. Acude luego al dentista. ¿Y si la rotura es total o se ha caído?
Un diente que se ha caído por algún traumatismo puede ser reimplantado. Sin embargo, el tiempo que tarda en llegar el diente al consultorio es crítico y debe ser lo más rápido posible. Una de las cosas más importantes a tener en cuenta es que las células en la raíz del diente se secan en 30 minutos, así que es esencial que el diente se mantenga húmedo. Además, siempre se debe sostener la pieza por la corona y evitar tocar la raíz.
En este caso no debe limpiar el diente. Si hablamos de una situación ideal, el diente debe ser transportado en una caja especial disponible en algunas farmacias. Estas contienen una solución que ayudará a mantener el diente “vivo” por un máximo de 24 horas. Si no se dispone de caja especial, mantenga el diente en leche fría y vaya inmediatamente con su dentista.
